jueves, 17 de julio de 2014

El holocausto oculto de la URSS: la carretera de los huesos


La carretera de los huesos”. Morboso nombre, ¿verdad? Pues así es como se conoce la autopista de Kolima, la M-56, en Siberia. Dicha carretera conecta Magadán y Yakutsk y se reparte a lo largo de 2.032 kilómetros.


Autopista de Kolima en la actualidad

Hasta aquí podría parecernos que es una carretera normal. Una carretera que mandó construir la Unión Soviética en su etapa de mayor plenitud, pero una carretera normal al fin y al cabo. ¡Pues no! El hecho de que fuese construida por la URSS estalinista es el que más la caracteriza, porque lo que empezó como una simple obra arquitectónica, acabó siendo una especie de exterminación holocáustica.



La Unión Soviética era poseedora de numerosos Gulag (campos de trabajos forzosos) y, cuando quiso levantar la autopista siberiana para tener mayor control comunista, destinó miles de presos a la zona, consciente de que las bajas temperaturas podrían acabar con sus vidas. 
 
Construcción de la ruta



Y así fue. Uno tras otro, los hombres fueron sucumbiendo a los -42º de máxima y -50º de mínima; a lo que se le sumaba el cansancio. Pasaban los días, el número de cadáveres iba aumentando y la cantidad de mano de obra, disminuyendo. Así, como no se daba abasto para deshacerse de los cuerpos, se empezaron a utilizar los restos como abono natural para el asfaltado de la ruta. Además, se comenta como hecho no probado, que los propios presos se dejaban llevar por el frío tumbándose en la nieve y esperando a morir congelados.



Actualmente, la ruta se considera una de las más tétricas del mundo, porque se rueda sobre restos humanos de presos no afines al régimen estalinista. Como si este hecho no fuese estremecedor por sí mismo, hay que añadir que los deshielos y las torrenciales lluvias convierten la zona en un barrizal que impide ver el asfaltado, por lo que el número de accidentes es muy elevado en Kolima.

Accidente en la M-56 de Kolima


Pese a las complicaciones para realizar el trayecto entre Magadán y Yakutsk, cientos de vehículos lo repiten diariamente, puesto que es el único medio para llegar de una ciudad a la otra.



Aún así, los lugareños no consideran que los accidentes sean a causa de las malas condiciones meteorológicas sino, como no podía ser de otro modo, prefieren atribuirlos a los fantasmas de los presos que todavía rondan por allí.

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