¡Hola hola!
¿Qué tal estáis? Bien espero. Supongo que la gran mayoría de vosotros estaréis enganchados por lo menos a uno de los juegos de Facebook ¿Verdad? O a varios, algunos. Si no es el farm nosequé, será el algoville, o vete a saber cual.
La categoría de juegos de Facebook son denostadas y amadas por igual. Eso es así, puedes estar enganchado hasta morir a un juego u odiarlo de tal manera que se te revuelven los entresijos cada vez que te envían una invitación. Pero solo hay una de las sagas de juegos que pueden ser odiadas y amadas al mismo tiempo. Digo ''saga'', por que hablamos de los juegos de la archiconocida ''King''.
Los ''Candy Crush Saga'', ''Farm Heroes Saga'', ''Papa Pear Saga'', Pet Rescue Saga y todas esas mandangas que nos follan la mente a diario. Digo nos, por que yo estoy enganchado a todos, hasta diría que estoy viciado a los que aún no existen.
Me voy a centrar en uno de ellos, aunque quien los conozca sabrá perfectamente que todos tienen la misma dinámica prácticamente. Me centraré en el primero que vio la luz, o al menos el primero del que yo tuve constancia; ''Candy Crush Saga''.
Bienvenidos/as al reino de los caramelos. Un mundo, a mi opinión, muy inspirado en ''Alicia en el país de las Maravillas'', pero la de Tim Burton. Los personajes, como podéis ver en la pequeña muestra que hay encima de estas letras, son bastante siniestros e inquietantes.
El juego tiene unos gráficos muy agradables y nada molestos. Cuando abres el primer nivel dices ''Oh, que bella explosión de colorines''. Cuando lo juegas dices ''Oh, es un juego de niños. ¡Qué fácil!''. Solo trata de juntar tres caramelos o más del mismo color para lograr los objetivos que te van marcando. Que sepas que si estás viviendo esta situación ahora, te desengañarás antes de lo que crees. Si quieres mantener la magia sigue leyendo, si en cambio te da lo mismo y eres la típica persona que vive al límite puedes continuar.
El entorno gráfico sigue siendo muy agradable visto desde fuera. Pero a quien esta inmerso, y probablemente perdidamente enganchado, le deja de gustar pronto. En principio (los primeros 20 o 30 niveles) te los pasarás con la punta de la minga. Dirás ''No entiendo a mis amigos. ¿Cómo pueden estar pillados durante más de un mes en un mismo nivel?'' Esos son los dulces momentos en que solo juegas por diversión. Pero a partir de ahí la cosa cambia.
Cada nivel se te comerá una media de 10 vidas. Digo media, por que unos te los pasas a la primera y otros tras 30 intentos. Cabe destacar antes de seguir en este punto que no puedes acumular más de cinco vidas a la vez. Si agotas las cinco tienes dos opciones:
- Esperarte 2 horas y media.
- Rogar, llorar y patalear a tus amigos de Facebook para que te envíen vidas.
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Nivel 65. En este estuve (y no solo yo) enganchado durante dos largos meses. |
Dicho esto ya podemos ir al meollo. A parte de ser unos niveles comevidas, no es lo peor. Poco a poco te van poniendo cada vez más obstáculos para putearte en el transcurso del juego. Vease el chocolate, las gelatinas, los tornados... Unos se te comen los caramelos, cagándote cualquier movimiento crucial para el nivel. Otros simplemente te hacen tener que destruir los mismos caramelos varias veces... O incluso simplemente te los roban. Son esas putadas las que te hacen lograr la segunda fase de las siguientes que voy a relatar ahora:
- Placer
- Confusión
- Ira
- Rendición
- Resignación
Esto es lo que sientes con cada cual de estas satánicas y angelicales creaciones. las tres últimas se repiten en un bucle infinito hasta que se te hinchan los cojones y no quieres seguir más. Eso sí, no duras nada. Por que a los dos meses dices ''¿Y por qué dejé de jugar a esta maravilla de juego?'', para descubrir esa razón al momento de abrir el nivel en el que te quedaste. Te entran ganas de tirar el móvil por la ventana cual lanzador de martillo.
Yo digo todo esto por que es la verdad. al menos mi verdad. Pero también vale decir que estoy en el nivel 428 (enganchado cual mosca en la miel, por supuesto).
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Nivel 428. Nótese el hijoputismo en cada una de sus celdas. |
Estos son los típicos juegos que aunque son unos jodemonos, lastimosamente no puedes dejar de jugarlos. Dicen que Justin Bieber, por ejemplo, no tiene término medio. Puedes amarlo u odiarlo. Pues los juegos de King tienen más cuajo aún, por que los odias a muerte, pero al mismo tiempo los amas y no puedes dejar de viciarte. Si lo has jugado lo entenderás, si lo has jugado no te deja indiferente. Siempre te debates entre el placer orgásmico de juntar una bomba de color con un caramelo rallado o dos bombas de color y la sensación desagradable de que el chocolate avance inexorablemente hasta llenar tu pantalla con su mala hostia. Y si no lo has jugado nunca piénsatelo, es un laberinto del que casi nadie puede escapar.
¡Chao, pescao!
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