Hace muchos años, en una casa vivía un señor muy atroz. Con él vivían su cocinera y su mayordomo. Él abusaba de la bondad de sus sirvientes y, después de mucho aguantando sus alevosías, decidieron envenenarle. El señor tenía una cena con familiares muy cercanos, por lo que aprovecharon la ocasión: Prepararon una sopa que los conduciría a todos a la extrema locura.
Cuando todos estuvieron sentados en la mesa, sirvieron la sopa alucinógena y cerraron la puerta al salir del salón. Pasado un rato, empezaron a escuchar gritos, insultos, objetos que se rompían... Y luego, un silencio sepulcral.
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| Actual estado de la Casa Matusina |
Pensando que ya habrían pasado todos los efectos, abrieron el salón y, para su sorpresa, encontraron un macabro panorama: Miraban a su alrededor y veían sangre, pedazos de cuerpo, ojos, manos, órganos sueltos, cabezas cortadas... Las caras de los invitados mostraban terror. Con eso, los sirvientes enloquecieron y se mataron allí mismo.
Desde este suceso se dice que, de noche, hay fantasmas y se escuchan conversaciones, gritos y amenazas tal cual pasó aquella noche de la masacre.
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